Sin duda que el embrujo que nos produce el ajedrez es tan sublime, que nos hace sentirnos grandes creadores durante unos minutos, y a eso se refiere Marcel Duchamp cuando dice: "No todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas".

Sin duda, también, que el ajedrez no lo es todo. ¿Qué decir de la música, por ejemplo? Por eso os he dejado una pequeña muestra de mi música favorita, para que la disfrutéis, si os apetece, mientras os sumergís en el fascinante mundo del ajedrez.

Ya en su dia el gran Tarrasch dijo: "Como el amor, como la música, el ajedrez tiene la virtud de hacer felices a los hombres".

Y olvidémonos de aquella otra frase de Oscar Wilde que decía: "Si quieres destruir a un hombre, enséñale a jugar al ajedrez"...¡asusta!

Así que sin más dilación comenzemos este singular viaje a una tierra llena de peligros, en la que nos encontraremos a reyes enfrentados en un combate eterno, reinas poderosísimas y despiadadas, fortalezas sólidas e inexpugnables, obispos con gesto serio y mirada oblícua, ágiles corceles dispuestos a asestar coces mortales y valientes guerreros que nunca retroceden ante nada.

Estáis todos invitados, así que los que quieran pueden subir a bordo. Sin condiciones. Durante la travesía seremos testigos de inagotables maravillas y al llegar a puerto nos espera...la felicidad, sin duda.

BIENVENIDO. GRACIAS POR VISITAR MI BLOG.

domingo, 9 de octubre de 2011

La historia se repite

   El gran científico británico Charles Darwin (1809-1882) dijo una vez: "La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia", y el político francés Camille Sée (1847-1919), añadió: "Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan", y en el mágico mundo de las sesenta y cuatro casillas nos encontramos con infinidad de ejemplos que confirman plenamente estas dos sabias aseveraciones. Podemos apreciar como posiciones similares que se repiten a lo largo de la historia, con  diferentes protagonistas cada una de ellas, conducen al mismo fatídico desenlace, atestiguando, con total claridad, que de nada ha servido el pasado para mejorar el futuro, y es que, como todos convendremos, "aquellos que no estudian su historia, están condenados a repetirla".
   Para demostrar todo lo anterior, empezaremos hablando de Carl Schlechter (1874-1918), quien en 1910 empató 5-5 el match por el Campeonato del mundo contra el entonces vigente campeón Emanuel Lasker, quien retuvo in extremis su título, al vencer a Schlechter en la décima y última dramática partida, que se prolongó durante tres días y setenta y una jugadas, en la que este último desperdició sus posibilidades primero de ganar y luego de lograr las tablas, lo  que le hubiera otorgado el honor de arrebatar a Lasker el cetro mundial.

Carl Schlechter
    En su partida Schlechter-Wolf, disputada en Nuremberg en 1906, se encontró con la posición que refleja el siguiente diagrama:


   Las negras acababan de jugar la astuta y deseperada jugada 1...,Tc3-e3, y Schlechter jugó precipitadamente 2.b6??, y se encontró con la jugada negra 2...,Te1+!, que tras la obligada 3.Txe1, llevó a la posición final siguiente en la que el rey negro está ahogado:


  
   Setenta y dos años después, concretamente en 1978, nuestro protagonista será Dmitry Kayumov:

Dmitry Kayumov

   Este Gran Maestro uzbeko nacido en 1949, se encontró con la siguiente posición, conduciendo las piezas blancas, en su partida contra Logki, disputada en el Campeonato del Ejército de la URSS, del mencionado año 1978:


   Era el turno de las negras que jugaron la brillante 1...,Td3+!!; 2.Re2,Te3+; 3.Rf2,Te4!; 4.a4,d3!; 5.axb5,d2; 6.Ta8


   Las blancas de Kayumov parecen estar cerca del triunfo. Ahora no sirve coronar dama ni jugar la torre a 'e1' por el jaque en 'd8'. Tampoco vale 6...,Td4; 7.Td8+,Rc4; 8.Txd4+,Rxd4; 9.Re2,Rc3; 10.Rd1, ni 6...,Rd4; 7.b6!,Te7; 8.b7!,Txb7; 9.Re2,Rc3; 10.Tc8+. Se podría intentar coronar el peón en un caballo, pero hay una continuación más sencilla y hermosa: 6...,Te8!!; 7.Txe8,d1(=D)!; 8.Td8+,Re4!!; 9.Txd1, ahogado.


   Como podréis apreciar esta posición final es muy similar a la anterior de Schlechter.

   El actor principal del siguiente ejemplo es Sergey Dolmátov, Gran Maestro ruso nacido en 1959 y que obtuvo el título de Campeón Mundial Junior en 1978.

Sergey Dolmátov

   En su partida, con blancas, contra Nikolic, del Torneo de Moscú de 1990, se alcanzó la posición que representa el diagrama siguiente:


   El juego continuó con 1.e6!!,Te1+; 2.Rd3,Td1+; 3.Re3,Te1+; 4.Rd3,Txe6; 5.Tf5+!!


   Y ahora las negras pueden aceptar el ahogado, capturando la torre blanca, o en caso contrario, ésta lo forzará tras una breve persución: 5...,Rg6; 6.Tg5+,Rf7; 7.Tg7+,Rf6 (si 7...,Re8; 8.Te7+); 8.Tg6+,Re7; 9.Tg7+,Rd6; 10.Td7+,Rc6; 11.Tc7+,Rb5


   Y ahora se concluye con 12.Tc5+,Ra4; 13.Txa5+, y las blancas conseguirán la siguiente posición final, en la que tras la obligada captura de la torre, el rey blanco está ahogado:


   ¿Había aprendido Dolmátov de la historia para conseguir las tablas, o, por el contrario, había repetido Nikolic los mismos errores del pasado para caer en la idéntica posición de ahogado de los ejemplos precedentes?

   Aunque hayamos podido cerciorarnos feacientemente de que la historia se repite una y otra vez, y que probablemente seguiremos cometiendo los mismos errores, nos queda un rayo de ilusión en las siguientes palabras de Aristóteles: "La historia cuenta lo que sucedió. La poesía lo que debía suceder".



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