Corría el año 1485 cuando el rey inglés Ricardo III se enfrentó en la batalla de Bosworth a Enrique Tudor, pretendiente al trono. El 22 de Agosto, las tropas de Ricardo III, estimadas en unos 8000 hombres entraron en combate con las de Enrique, calculadas en unos 5000 hombres. Ricardo fué traicionado durante la batalla por el barón Stanley y por el 4º duque de Northumberland, que unido a la muerte de John Howard, duque de Norfolk, su amigo fiel, provocó la derrota de Ricardo III, y el ascenso al trono de Enrique Tudor, que reinó con el nombre de Enrique VII, y que afianzó su poder casándose con la hija de Eduardo IV, Isabel de York, reuniendo así en su persona a las dos casas reales que habían combatido por el trono de Inglaterra durante la llamada guerra de Las dos Rosas, entre los años 1455 y 1485.
Según las crónicas, Ricardo III luchó con bravura durante la batalla, hasta que finalmente fué rodeado y muerto por las tropas de Enrique Tudor, siendo su cuerpo desnudo expuesto en la colegiata de la Anunciación de Nuestra Señora y después ahorcado antes de ser enterrado en la iglesia de Greyfriars en Leicister. La muerte del rey Ricardo III fué dramatizada en la obra de William Shakespeare del año 1591, titulada "La tragedia de Ricardo III", en la que en la escena IV del 5º acto, el gran dramaturgo inglés pone en boca del monarca la célebre frase "¡Un caballo!, ¡Un caballo!, ¡Mi reino por un caballo!", pronunciada antes de morir después de que su caballo hubiera sido abatido y se encontrara combatiendo a pie.
Esta obra fué adaptada al mundo del cine en 1955 en una magnífica película producida, dirigida e interpretada por Laurence Olivier, que tiene como gran virtud la fidelidad con que se llevó a la gran pantalla la obra original de Shakespeare. Aparte de la brillante actuación de Olivier, destaca la excelente interpretación de Ralph Richardson, en el papel del Duque de Buckingham y el buen hacer de John Gielgud como el Duque de Clarence.
En el siguiente vídeo, concretamente en el minuto 2:33, podemos ser testigos de esa mítica frase pronunciada por Ricardo III y que da título a la entrada de hoy.
Ahora os propongo un pequeño viaje por el fascinante reino del tablero damasquinado en el que nos encontraremos con varias situaciones en las que el conductor de las piezas ganadoras, en el momento culminante de la partida, grita la consigna de ¡Mi reino por un caballo!, pero a diferencia del malogrado rey inglés Ricardo III, en estas ocasiones el caballo salvador aparecerá en escena, como por arte de magia, siendo escuchada la plegaria que lleva rápidamente a la victoria.
La primera parada en nuestro periplo de hoy la haremos en el siguiente problema de Adolf Anderssen, que aparece publicado con el número siete en su libro "Aufgaben für schachspieler" del año 1842, compuesto por un total de 60 problemas que reflejan una gran imaginación y que le valió para lograr gran notoriedad en el mundo del ajedrez antes de alcanzar la fama como jugador al ganar el histórico Torneo de Londres de 1851, considerado el primer gran torneo internacional de la historia. En la siguiente posición, las blancas juegan y dan mate en tres jugadas:
La solución comienza con la increible jugada 1.Dh5!!,Dxh5 (parando la amenaza 2.Dxe8++); 2.d7,Df7; Ahora si 3.Axf7,Rxd7, y a otra jugada blanca, las negras confían en 3...,Dxd7; pero las blancas vieron un poco más y jugaron 3.d8(=C)++. ¡La aparición del caballo significó la victoria!
La siguiente posición corresponde a un bonito estudio del compositor español nacido en Barcelona, José Mandil Pujadó (1907-1979), del año 1943, en el que las blancas juegan y ganan:
El estudio consiguió una recomendación en un concurso organizado por la SEPA (Sociedad Española de Problemistas de Ajedrez), fundada en 1935 por Antonio F. Argüelles, gran entusiasta de este tipo de composiciones, y su instructiva solución empieza con 1.c7!,Axe4 (Si 1...,Ag2; 2.b7,Ah3+; 3.Rf7,Ch6+; 4.Rf8, ganando); 2.c8(=D),Af5+; 3.Rxf5,Ce7+; 4.Re6,Cxc8
5.b7,Cd6 (Si 5...,Ca7; 6.Axa7,Rc6; 7.B8(=T); si 5...,Ce7; 6.Aa7,Cc6; 7.Rd7); 6.Axd6,Rc6 y ahora...¡mi reino por un caballo! 7.b8(=C)! ganando. Coronando cualquier otra pieza serían tablas.
Puede ocurrir también que darlo todo por un bravo corcel no nos conduzca a una formidable victoria, sino que nos permita salvarnos de una humillante derrota como es el caso del siguiente diagrama correspondiente a un estudio de Troitzki, del año 1896, en el que las blancas juegan y logran unas formidables tablas:
1.c6,Ag4 (Si 1...,Ce6; 2.Rb6,Ag4; 3.c7,Cg5; 4.Rb7,Ce4; 5.c8(=C),Rxg6 con tablas teóricas); 2.c7,Cb7
Y ahora aparece el caballo salvador con 3.c8(=C),Axc8; 4.Rb6,Cd6; 5.Rc7, y las blancas ganan una de las dos piezas negras consiguiendo el empate.
Ahora nos fijaremos en un estudio de E. Pogosjanz de 1986, en el que las blancas juegan y ganan:
La posición se resuelve a favor de las piezas claras tras la aparición de un milagroso caballo jugando 1.Ta6,Dxa6 (Si 1...,Rc7; 2.Txb6,axb; 3.Rf6,b5; 4.Re5,b4; 5.Re4!! [No 5.Rd4??,d5!; 6.Rd3,Rb8; 7.Rc2,d4; 8.Rb3,d3 y tablas],d6!; 6.Rd3!,d5; 7.Rd4!,Rb8; 8.Rxd5!,b3; 9.Rc6,b2; 10.Af5, y el blanco gana); 2.b8(=C)+!,Rc7; 3.Axa6,Rb8
Y ahora se remata expeditivamente con 4.Rd6!,Ra8; 5.Rc7,d5; 6.Ab7++. ¡Fantástico!
Veremos ahora un estudio del ex-campeón mundial Vasili Smyslov de 1987, en el que las blancas juegan y ganan:
Las blancas vieron una bonita forma de ganar, pero para ello pidieron mi reino por un caballo, ya que ahora van a coronar el peón 'g', pero si lo hacen en dama o torre, las negras se salvan con el jaque intermedio 1...f6+!, así que jugaron 1.g8(=C)+,Axg8 (Si 1...,Rg6; 2.Cf6 y el blanco gana fácilmente); 2.Rf6,Rh7; 3.g5,d3; 4.Af4!,Rh8 (No es igual 4.Aa5,Rh8; 5.Ac3,Rh7, ¡y el blanco está en zugzwang!
5.Ae5!,Rh7; 6.Ac3 (Ahora el zugzwang es para el negro),d2; 7.Axd2,Rh8; 8.Ac3,Rh7; 9.Ab2,Rh8
Ahora gracias a aquel caballo que coronaron las blancas en la primera jugada, pueden dar mate al rey negro continuando con 10.g6,fxg6; 11.Rg6++.
Detengámonos ahora en un estudio de Kasparian publicado en la revista "64" en el año 1935, en el que de nuevo las blancas juegan y ganan:
El juego blanco comienza con 1.d7,Df8; 2.Te8 (Si 2.d8(=D)+,Dxd8; 3.Ag5+,Rxe5; 4.Axd8,Ce6 y tablas),Cxe8
Y ahora 3.Ag5+! (Pero no 3.d8(=D)+?,Rxf7; 4.Dd5+,Re7 con tablas),Rxf7 (Si 3...,Rxg5; 4.fxe8(=D),Df5+; 5.Rg7,Df6+; 6.Rg8 y las blancas ganan); 4.d8(=C)++. ¡El caballo remató la faena!
Ahora podemos hacer un breve descanso en nuestro periplo con este divertido estudio del que fuera campeón del mundo, Emanuel Lasker, del año 1894, en donde las blancas juegan y ganan:
1.c4,Cd2; 2.c5,Cb3; 3.c6,Cd4; 4.c7,Cb5; 5.c8(=C)!, y en este extraño final que ha aparecido sobre el tablero, los tres caballos blancos se imponen. De todos modos os propongo que intentéis vosotros mismos conseguir ganar este curioso final...¡confieso que a mí me ha costado un montón!.
Reemprendemos de nuevo nuestro viaje después del breve descanso anterior (¿habéis conseguido ganar con los tres caballos?) con otro estudio de Kasparian, que obtuvo el tercer premio en el "Tidskrift för schack" en el año 1961, que tiene unas variantes complejas, pero interesantísimas a la vez, y una línea principal que concluye brillantemente con la aparición de nuestro héroe equino. Las blancas juegan y ganan. ¡Disfrutemos del espectáculo!:
1.Af7!! (Otras jugadas arruinan la victoria. Si 1.Td2,Txb5; 2.Axd7+,Rc7; 3.e8(=C)+,Rb6 con igualdad. Si 1.Txc6+,dxc6; 2.Axc6,Tb8+; 3.Ra7,Rc7 con tablas. Si 1.Axd7+,Rxd7; 2.bxc6+,Txc6; 3.Txc6,Rxe7 con empate. Si 1.Ag6(h5),Tb8+; 2.Ra7,Ad4+; 3.b6,Txb6; 4.e8(=D)+,Rc7 y ahora sólo les salva de la derrota a las blancas la sutil jugada 5.Tc5!,Tb3; 6.Ra6,Axc5; 7.De5+,Ad6; 8.Da5+,Rc8; 9.Ac2,Tb8; 10.De1,Rc7; 11.Da5+,Rc8 y tablas),Tb8+; 2.Ra7,Ad4+; 3.b6,Axb6 (Si 3...,Txb6; 4.e8(=D)+,Rc7; 5.Ta2,Tb8+; 6.Ra6,Tb6+; 7.Ra5,Ac3+; 8.Ra4,Tb4+; 9.Ra3 y ganan)
4.Ra6,Ad8! (Amenazando mate); 5.Txc6+,dxc6; 6.Ae6+,Rc7; 7.e8(=C)++.
En el siguiente diagrama correspondiente a otro estudio de Emanuel Lasker de 1900 (¿de verdad que habéis conseguido ganar el anterior estudio de Lasker de los tres caballos?...¡Impresionante!), las blancas, a las que les toca jugar, consiguen un bonito triunfo. ¡A ver si descubrís como!:
No penséis que el pedir ¡Mi reino por un caballo! sucede sólo en los estudios, tal como hemos visto hasta ahora, ya que en partidas reales también podemos encontrarnos con esa circunstancia, y en la vasta historia del ajedrez podemos toparnos con multitud de ejemplos en los que uno de los bandos promocionan alguno de sus peones en un flamante caballo, como es el caso del siguiente diagrama correspondiente a la partida Gulko-Grigorian de 1971, en el que juegan las blancas:
Boris Gulko remató la lucha con 1.Tf8+!,Txf8; 2.Dd5+!,Rh7; 3.exf8(=C)+!!,Rh8; 4.Ceg6++.
En esta otra posición correspondiente al enfrentamiento Solntsev-Vatnikov, Moscú, 1958, las negras se impusieron rápidamente. No es problema para vosotros ¿verdad?:
En la siguiente posición de la partida Shirov-Almasi, Tilburg, 1996, las blancas juegan y ganan:
Shirov se impuso con 1.g6,Cc4; 2.f6+,Re6; 3.f7,Ce5; 4.f8(=C)+!, y las blancas ganan.
La siguiente posición es curiosa. Corresponde a la partida Szily-Ozsváth, X Campeonato de Hungría, 1954, y le corresponde jugar al bando negro:
Ozsváth pensó que tras 1...,e3; 2.Dc4+,e2; 3.Df4+,Df2; 4.Dc1+,e1(=D), aunque tuviera una dama más, las blancas tenían jaqe continuo por las casillas 'c1-c4-f7' con lo que la partida terminaría en tablas, por lo que jugó 1...,Dc1; 2.Df7+,Re1; 3.Dxg6,Df4+; 4.Rg1,Df1+; 5.Rh2,Dc4; 6.Dxc6,e3; 7.Dd6 y se firmó el empate. Pero en el análisis post-mortem se comprobó que las negras podían imponerse entrando en la línea que había descartado Ozsváth, pero con un importante matiz. Así tras 1...e3!; 2.Dc4+,e2; 3.Df4+,Df2; 4.Dc1+, las negras ahora triunfan coronando un caballo (otra vez ¡Mi reino por un caballo!):
4...,e1(=C)!!; 5.Dc4+,De2; 6.Df4+,Cf3+!!; 7.Dxf3,Dxf3; 8.gxf3,Rf2 y las negras alcanzan una posición que se gana fácilmente.
Esta partida me recuerda un estudio de J. Berger de 1890, que refleja el siguiente diagrama, correspondiéndole jugar a las negras:
Si las negras juegan 1...,f1(=D)?, las blancas dan jaque perpetuo con la dama en las casillas 'h4', 'h1', 'e4' y 'b4' segúna las negras cubran los jaques, logrando así una sola dama salvar una posición en la que el adversario está en posesión de dama y dos torres. Pero si en lugar de ello, las negras juegan 1...,f1(=C)!!, tras 2.Dh4+,Tf2; 3.De4+,Td-e2; 4.Db4+,Cd2, las negras terminarán imponiéndose.
El siguiente diagrama refleja un momento del enfrentamiento entre Weber-Windfuhr, Alemania (Solingen vs. Wuppertal), 1935, en el que les corresponde jugar a las blancas:
Weber jugó 1.d8(=D), y tras 1...,Dxb5+; 2.Rc2,Dxe8, entró en un final ligeramente inferior. Pero si se hubiera acordado de Ricardo III, después de avanzar su peón 'd' a la octava fila hubiera pedido, por supuesto, un caballo: 1.d8(=C)+!!,Rf6; 2.Te6+,Dxe6; 3.Cxe6,Rxe6; 4.Axa4 y el resultado de la partida no presentaría dudas.
Anatoli Kárpov coronado rey del ajedrez |
Antes de terminar nuestro viaje de hoy no puedo resistirme a invitaros a que visitéis, y disfrutéis a la vez, tres partidas del gran rey del ajedrez Anatoli Karpov en las que curiosamente, y tal como hizo Ricardo III en su momento, en el momento álgido de la lucha pedirá un caballo por su reino para alcanzar las cotas máximas de la gloria.
La primera de ellas es Aranov-Karpov, Cheliabinsk, 1962:
En la posición anterior, Kárpov jugó 60...,g1(=C)! y ganó once jugadas después. Podéis ver el desarrollo completo de la partida pinchando sobre la cruz.
La segunda partida es Chandler-Karpov, Bath, 1983:
En este caso el ex-campeón mundial jugó 27...,gxf1(=C)+! y venció tres jugadas más tarde. Seguid toda la partida pinchando en el visor.
Y la tercera partida, que es Kárpov-Timman, Bruselas, 1986, contiene una soberbia promoción de peón en caballo, dentro de una magnífica producción del gran "Tolia", que también podéis reproducir pinchando como siempre sobre la cruz:
La jugada de Kárpov fué 87.d8(=C)+! y se impuso en el interesante final que surgió sobre el tablero dieciocho jugadas más tarde.
Para concluir la entrada de hoy, que espero os haya hecho pasar un buen rato, os propongo un último problema, que enmarcado en el contexto que nos ocupa no os resultará dificil de resolver, pero con el que podréis sorprender a todos vuestro familiares y amigos aficionados a nuestro noble juego, seguramente ajenos a que en el universo del ajedrez muchas veces se grita la conocida frase tantas veces repetida hoy de: "¡MI REINO POR UN CABALLO!".
La posición es de la partida Atalik-Miles, Iraklion, 1993, y en este momento las negras juegan y ganan:
Y como colofón, una sorprendente partida en la que las blancas consiguen alzarse con la victoria gracias a, nada más y nada menos, una doble promoción de caballo. ¡Realmente formidable!
El encuentro es Zurakhov-Koblenz de las Semifinales del Campeonato de la URSS, 1956:
Termino con una frase del filósofo danés Sören Aabye Kierkegaard (1813-1855), que dijo: "El tirano muere y su reino termina. El mártir muere y su reino comienza".
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