Seguro que si echamos la vista atrás, nos viene a la memoria multitud de juegos con los que nos divertíamos con los colegas... el escondite, la gallinita ciega, la comba, las canicas, polis y cacos, e incluso, los médicos.
Pero por encima de esos, bueno, descontando a los médicos, recuerdo sobre todo el juego del pilla-pilla. En este juego se elejía a uno de los amigos que era el que pillaba y tenía que atrapar a otro de los amigos que tratábamos de huir corriendo, y cuando pillaba a uno, éste pasaba a ser el que pillaba. ¡Sencillo y divertido!.
Haciendo caso a Kasparov, que titula uno de sus libros "Como la vida imita al ajedrez", podemos ver como el juego del pilla-pilla es un claro reflejo del que se juega en el mundo de las sesenta y cuatro casillas, cuando las piezas de un bando juegan a atrapar una pieza contraria.
Seguro que me daréis la razón con los siguientes ejemplos:
La posición corresponde a un estudio de L. Van Fliet de 1888. Juegan las blancas y ganan. En ella la dama blanca se propone pillar a su colega negra, que intentará huir por todo el tablero. Empieza con 1.Db4! y ahora, según el camino que elija la dama negra, tendremos: a) 1...,Dd5 (f3); 2.Da4+,Rb6; 3.Db3+!,Dxb3; 4.b8(=D)+ y 5.Dxb2. b)1...,Dg2; 2.Da3+,Rb6; 3.Db2+!,Dxb2; 4.b8(=D)+ y 5.Dxb2. c) 1...,Dh1; 2.Da3+,Rb6; 3.Db2+,Rc7 (si 3...,Ra6; 4.Da2+,Rb6; 5.Db1+!,Dxb1; 6.b8(=D)+ y 7.Dxb1); 4.Dh2+!,Dxh2; 5.b8(=D)+ y 6.Dxh2.
Y sea cual sea la vía de huida, la dama negra resulta al final pillada.
El siguiente diagrama corresponde a un estudio de Díez del Corral de 1955, en donde el caballo y la dama blanca se lanzan a pillar al monarca negro, pero la que es pillada es la dama. Veámoslo:
Juegan las blancas. 1.Da1+ (con 1.Cc4+?,Ra2 se dejaría escapar la victoria),Rb4 (si 1...,Rb3; 2.Db1+,Ra3; 3.Cc4+,Ra4 especulando con el ahogado si se captura la dama, sigue 4.Da2+!,Rb4; 5.Db2+,Ra4; 6.Da3+,Rb5; 7.Cd6+); 2.Db2+,Rc5!; 3.Ca4+,Rd6; 4.De5+,Rc6; 5.Dc5+,Rd7; 6.Cb6+,Re8
7.De5+,Rd8 (si 7...,Rf8; 8.Cd7+!,Dxd7; 9.Db8+,De8; 10.Dc7!); 8.Dd6+,Re8; 9.De6+,Rd8; 10.Dg8+,Rc7; 11.Ca8+,Rd6; 12.Dg3+,Rc5 (si 12...,Rd7; 13.Dg7+,Rc8; 14.Df8+,Rd7; 15.De7+,Rc8; 16.De8++ y aquí si 15...,Rc6; 16.De4+,Rc5; 17.Dxb7)
13.Dc3+,Rd6; 14.De5+,Rd7; 15.De7+ y las blancas consiguen pillar a la dama negra como en el comentario anterior.
El siguiente estudio de Troitzky, de 1910, en el que juegan las blancas y ganan, es una verdadera maravilla en el que la torre blanca inicia una obstinada persución a la dama negra, llegando a ofrecerse ¡seis veces seguidas! especulando con el doble del caballo que la pillaría sin remisión.
1.Tb4!,Dc8 (si 1...,Dxb4; 2.Cc6+); 2.Tb8!,Dh3; 3.Th8!,Ch4 (el mal menor para las negras sería 3...,Dxh8; 4.Cg6+,Re8; 5.Cxh8,Cf4; 6.Rh2,Cd3; 7.Rg3,Cxb2 y el final estaría perdido por las negras. Como principio general orientativo, los finales de caballos suelen ser muy similares a los de reyes y peones, en cuanto a probabilidades de victoria; en este caso las blancas no sólo tienen un peón de más, sino que su rey es más activo); 4.Txh4!,Dc8;
Y ahora las blancas pillan a la dama negra con 5.Th8!,Db7; 6.Tb8!.
El siguiente ejemplo es un estudio de Sobolevski de 1950 en el que juegan las blancas y ganan. Como ya habréis supuesto hay que jugar a pillar a la dama negra. Pero, ¿cómo?
Las dama blanca se ofrece en sacrificio tres veces consecutivas para tratar de pillar a su colega negra y así desviarla de la defensa del punto crítico de 'e8'. Adams jugó: 1.Dg4!,Db5; 2.Dc4!,Dd7; 3.Dc7!!,Db5 (si 3...,Da4; 4.Te4!,h6; 5.Dxc8!,Dxe4; 6.Dxe8+! ganando por la acción de los "rayos x"); 4.a4,Dxa4;
5.Te4,Db5; 6.Dxb7! y las negras abandonan, puesto que su dama ha sido pillada y no le queda ninguna casilla disponible en la diagonal 'a4-e8'. ¡Fantástico remate!
Después de ver estas maravillosas posiciones tendremos que darle la razón a Robert Hubner cuando dijo: "Aquellos que dicen entender al ajedrez, no entienden nada".
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