Sin duda que el embrujo que nos produce el ajedrez es tan sublime, que nos hace sentirnos grandes creadores durante unos minutos, y a eso se refiere Marcel Duchamp cuando dice: "No todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas".

Sin duda, también, que el ajedrez no lo es todo. ¿Qué decir de la música, por ejemplo? Por eso os he dejado una pequeña muestra de mi música favorita, para que la disfrutéis, si os apetece, mientras os sumergís en el fascinante mundo del ajedrez.

Ya en su dia el gran Tarrasch dijo: "Como el amor, como la música, el ajedrez tiene la virtud de hacer felices a los hombres".

Y olvidémonos de aquella otra frase de Oscar Wilde que decía: "Si quieres destruir a un hombre, enséñale a jugar al ajedrez"...¡asusta!

Así que sin más dilación comenzemos este singular viaje a una tierra llena de peligros, en la que nos encontraremos a reyes enfrentados en un combate eterno, reinas poderosísimas y despiadadas, fortalezas sólidas e inexpugnables, obispos con gesto serio y mirada oblícua, ágiles corceles dispuestos a asestar coces mortales y valientes guerreros que nunca retroceden ante nada.

Estáis todos invitados, así que los que quieran pueden subir a bordo. Sin condiciones. Durante la travesía seremos testigos de inagotables maravillas y al llegar a puerto nos espera...la felicidad, sin duda.

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miércoles, 8 de junio de 2011

Poesía y ajedrez

   Que el ajedrez es un arte, partiendo de la definición básica de arte como la actividad humana dedicada a la creacion de cosas bellas mediante la fantasía o la imitación de la realidad, está fuera de toda duda si habéis seguido hasta aquí la aventura de este blog, donde se encuentran muchos ejemplos que, según mi modesto entender, así lo atestiguan.
   Hoy quisiera escribir sobre ajedrez y el sexto arte, uno de los más sublimes: la poesía.
Creo que la mayoría de los ajedrecistas pensaremos a renglón seguido en el gran escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) y en su poema titulado Ajedrez. Aunque este genial artista confesó en una entrevista que era mal jugador de ajedrez, lo cierto es que en numerosos de sus cuentos, poemas y escritos aparece el ajedrez bajo distintas formas, aportando imagen a sus magistrales construcciones literarias.
Como no podía ser de otra manera, a continuación podemos deleitarnos con el poema antes referido:

AJEDREZ

I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?

   Y a continuación podemos escucharlo en la voz del propio Borges:


    También el gran poeta cubano Nicolás Guillen (1902-1989) escribió un bonito poema relacionado con el ajedrez, concretamente sobre el que fué campeón del mundo, José Raúl Capablanca:

POEMA A CAPABLANCA

Así pues, Capablanca
no está en su trono, sino que anda,
camina, ejerce su gobierno
en las calles del mundo.

Bien está que nos lleve
de Noruega a Zanzíbar,
de Cáncer a la Nieve.

Va en un caballo blanco,
caracoleando
sobre puentes y ríos
junto a torres y alfiles,

el sombrero en la mano
(para las damas)
la sonrisa en el aire
(para los caballeros)

y su caballo blanco
sacando chispas puras
del empedrado...

    Seguidamente podemos leer el siguiente poema de Fernando Arrabal, escritor y cineasta nacido en Melilla en 1932, gran aficionado al ajedrez y autor de dos libros muy interesantes sobre nuestro juego-ciencia: "La torre herida por el rayo" y "Exitos y fracasos sobre el tablero", y que nos ha dejado pensamientos como estos: "Juego al ajedrez como si mi partida fuera a analizarla mi enemigo" o "Cuando me siento abatido me doy jaque mate a mí mismo".

Himno al ajedrez
(para Marcel Duchamp):
 
 
 “A mis partidas voy/ de mis partidas vengo…”
Con española de ataque que al tablero transformó. (1)
Con un dios de “macadam” y un cowboy de mi convoy. (2)
Con mi crisálida y toque que lleva espuelas de china. (3)
Con mi armonía de caníbal que sabe de electrochoques. (4)
Con mi frescura de fiordo y mis dientes de león. (5)
Con peón y con peana, y de Castilla el pendón. (6)
Con el torrente y la torre sin marfil desde mi garra. (7)
Con un gato de venganza que en mi frontera maulló. (8)
Con verdad y transparencia de nuestros nardos y espigas. (9)
Con la manzana y la ciencia de serpiente siempreviva. (10)
Con el rey guillotinado por mis vasallos del alma. (11)
Con la Furia y la Gorgona de la psique y la saca. (12)
Con las siete leguas luengas de mi legado y mi lengua. (13)
Con las montañas rocosas de mi risco renaciente. (14)
Con el regalo de magos y las migas de caballo. (15)
Con incendio en el tablero y mi piel de rojo y gualda. (16)
Con el rey descabezado y mi gaviota volando. (17)
“A mis partidas voy/ de mis partidas vengo…”



(1): Ruy López. (2): Steinitz. (3): Yifan Hou (12 años). (4): Fischer joven. (5): Magnus. (6): Morphy. (7): Tal. (8): Alekhine. (9): Hübner y Hölderlin. (10): Almira & Joël. (11): Philidor. (12): Lasker. (13): Capablanca. (14): Kamsky. (15): Spassky. (16): Shirov. (17) Judit Polgar.

    Cuando nos trasladamos dentro del mundo mágico de las sesenta y cuatro casillas, para hablar de poesía lo hacemos refiriéndonos a los estudios. Estas composiciones muchas veces inverosímiles, que de hecho suelen denominarse estudios artísticos, nos sitúan ante posiciones en las que, a simple vista, los enunciados típicos de blancas juegan y ganan o hacen tablas, parecen imposibles de realizar, dando la impresión, muchas veces, que las piezas están mal colocadas sobre el tablero, por lo que el hallazgo de la solución nos proporciona una gran satisfacción personal, o incluso sin haberla encontrado, el reproducir sobre el tablero la solución, que muchas veces tiene tintes mágicos, después de haber analizado profundamente la posición, es capaz de proporcionarnos el mismo grado de placer.
Por tanto, podemos decir que la composición ajedrecística da plena dimensión artística al juego del ajedrez y abre un particular campo de comunicación entre el autor del estudio y la persona que se dispone a resolverlo, permitiendo la comunión de ambos actores, que comparten un momento de emoción y belleza, comparable, y con esto retomamos la idea del principio, a la relación que se establece entre el poeta y la persona que lee sus versos.

   Tras haber leido los hermosos poemas reflejados más arriba, ahora les toca el turno a otras bellas "poesías" ajedrecísticas.
   Empezaremos con un estudio de Joita de 1984, donde las blancas juegan y ganan:


    En esta posición observamos que si tomamos el alfil de 'a6' no se puede ganar: 1.Rxa6,De2+!; 2.Ra5,Da6+!; 3.Rb4,Db6+; 4.Dxb6 y las negras están ahogadas. La única manera de ganar es con una jugada fantástica: 1.Dg5!!,Dxg5+; 2.Rxa6,Dg8; 3.Ad5+!,Dxd5; 4.c8(=T)++. ¡Formidable remate!

     El segundo diagrama es de un estudio de A.V. Sarychev y K.V. Sarychev de 1928:


   Aquí las blancas juegan y hacen tablas. Por supuesto no vale ahora 1.c8(=D)? por 1...,Axf5+; 2.Rc7,Axc8 y no se puede capturar el alfil ante el avance imparable del peón negro. Si las blancas intentan 1.Rd6,Af5; 2.Rc5,Re4; 3.Rb6,Ac8 y las negras ganarían tras 4.Ra7,b5 o 4.Rc5,Re5; 5.Rb5,Rd6; 6.Rb6,Rd7; 7.Rc5,Rxc7 o bien 4.Rb5,Rd5; 5.Rb6,Rd6; 6.Rb5,Rxc7.
Pero las blancas tienen un as escondido bajo la manga 1.Rc8!!, fantástica y paradójica jugada que impide la coronación de su propio peón, pero que es la única que salva a las blancas. Se sigue con 1...,b5; 2.Rd7! ,b4; 3.Rd6!,Af5; 4.Re5!


    Las blancas atacando el alfil, ganan un valioso tiempo. Ahora tras 4...,Ag4; 5.Rd4 las blancas controlan el peón negro, alcanzando las ansiadas tablas que parecían imposibles al principio.

   El siguiente "poema" es un estudio de Moravec de 1913, en el que las blancas juegan y ganan:


   Al contemplar la solución de este diagrama, veremos la importancia de los pequeños matices en el tablero damasquinado. La única y brillante jugada que lleva a la victoria es 1.Rh7!!, tras la cual sigue 1...,h4; 2.Rg6,h3; 3.Rg5,h2; 4.Rg4


    Ahora tras 4...,h1(=D); 5.Rg3!!,Rf1; 6.Ta1+, las blancas ganan. Las negras pueden intentar en lugar de jugar 4...,h1(=D) mover 4...,g5; 5.Rg3,h1(=C)+; 6.Rf3,g4+; 7.Rxg4,Cf2+

Diagrama de análisis tras 7...Cf2+.
    Pero las blancas ganan con 8.Rf3!,Cd3; 9.Ta4,Rh2; 10.Th4+,Rg1; 11.Td4,Cc5; 12.Td5,Ce6; 13.Rg3,Rf1; 14.Tf5+ seguido de 15.Te6, ganando el caballo. Este es uno de los matices de la posición, pero el más importante se dá en la posición inicial en la que la natural 1.Rxg7?? cambia radicalmente el resultado final: 1...,h4; 2.Rg6,h3; 3.Rg5,h2; 4.Rg4,h1(=D); 5.Ta1+ (no 5.Rg3?,Dh8, puesto que al tomar el peón de 'g7' se ha abierto la diagonal y la reina negra controla la casilla 'a1'. ¡Ahí está el matiz!),Rg2; 6.Txh1,Rxh1 con tablas. También hay tablas con 1.Ta5?,h4; 2.Th5,g5!; 3.Txg5+,Rf2.

   El siguiente estudio está compuesto por Selezki en 1933, donde las blancas juegan y ganan:


    Las blancas empiezan con una jugada tranquila que amenaza coronar el peón 'd': 1.Dg5!,Re6+ (1...,Axd7; 2.Cf4!,Dd6; 3.Ac4+,Re8; 4.Dg8+,Df8; 5.Af7+,Re7; 6.Cg6+); 2.Rg1!,Rxd7 (2...,Axd7; 3.Ag4+,Rf7; 4.Ce5+,Re8; 5.Axd7++); 3.Cc5+,Rc8 (3...,Rd6; 4.Dg3+,Rd5 [4...,Rxc5; 5.Da3+]; 5.Ac4+,Rxc4; 6.Db3+,Rxc5; 7.Da3+,Rb6; 8.Dxf8 y las blancas ganan según la teoría de finales); 4.Aa6+,Rb8; 5.Dg3+!,Ra8


  Ahora el rey negro parece seguro en la esquina, pero se encontró con la genial jugada 6.Ab7+!,Axb7; 7.Cd7!,Dd8; 8.Db8+!,Dxb8; 9.Cb6++.


   No se puede negar la belleza de la posición final, con el impactante efecto visual de ver un mate de la coz realmente exquisito y original.

   Por último fijémonos en el siguiente diagrama correspondiente a un estudio de Bondarenko y Liburkin del año 1950, que aunque es un poco más complejo que los anteriores, encierra una gran belleza:


    Las blancas juegan y ganan. Lo primero que hay que hacer, obviamente, es salvar el caballo de 'g2'.
Las únicas jugadas son 1.Ce1 o 1.Ch4 ya que si 1.Ce3?,Rg1 y luego h1(=D).
Después de 1.Ce1 o Ch4, las negras continúan con 1...,Rg1; 2.Cf3+,Rg2; 3.Cxh2, por lo que parece que, en la primera jugada, los dos movimientos de caballo son equivalentes. Sin entrar en profundos análisis, sí podemos observar que tras 1.Ce1, las negras pueden responder en vez 1...,Rg1 con 1...,Ac3 y tras 2.Cf3,Rg2; 3.Ch2 se llega a la misma posición que con 1.Ch4, pero con la diferencia de que el alfil está ahora en 'c3', lo cual como después veremos tiene su importancia.
Simplemente para no proporcionar esta última posibilidad extra a las negras, las blancas optaron por la jugada 1.Ch4,Rg1; 2.Cf3+,Rg2; 3.Cxh2,Rxh2; 4.e5!,Axe5 


   Y ahora las blancas nos deleitan con la jugada 5.Re6!!, un movimiento de una profundidad excelsa como podremos comprobar. 5...,Rg3; 6.Rd7,Rf4; 7.Rc8,Re4; 8.Rb7,Rd5; 9.Rxa7,Rc5; 10.Rb7 y las blancas ganan, como se puede apreciar en la posición final del siguiente diagrama.


    La brillantez de la sutil 5.Re6!! se comprende al ver como el propio alfil negro entorpece el camino de su rey, de forma que sin el alfil negro en 'e5' la posición sería tablas. Así si las blancas hubieran jugado 5.Rxe5 (en lugar de 5.Re6!!), las negras hubieran seguido con 5...,Rg3; 6.Rd6,Rf4; 7.Rc7,Re5; 8.Rb7,Rd6; 9.Rxa7,Rc7


    Y las negras han alcanzado las tablas.
  
  En la línea principal, y después de 4.e5!, las negras pueden intentar no capturar el peón de 'e5' y jugar 4...,Ac3, pero también perderían tras 5.e6,Ab4; 6.Re5 (no 6.Rf6?,Rg3; 7.e7,Axe7+; 8.Rxe7,Rf3 con las mismas tablas que antes),Rg3; 7.Rd5!,Rf4; 8.Rc6,Re5; 9.Rb7!,Rd6; 10.e7.

   Volvamos ahora a la posición inicial y veamos que pasa si las blancas juegan 1.Ce1. Como habíamos indicado las negras seguirían con 1...,Ac3; 2.Cf3,Rg2; 3.Cxh2,Rxh2; 4.e5,Rg3! (no 4...,Axe5?; 5.Re6 siguiendo como antes); 5.e6,Ab4!!; 6.Re5,Ae7; 7.Rf5,Ab4; 8.Rf6,Rf4


   Y las negras logran las tablas tras 9.e7,Axe7+!; 10.Rxe7,Re5; 11.Rd7,Rd5; 12.Rc7,Rc5; 13.Rb8,Rd6 (no 13...,Rxb5; 14.Rxa7,Rc5; 15.Rb8,b5; 16.a7 y el blanco llega primero); 14.Rxa7,Rc7, llegando a la misma posición de tablas que dos diagramas más arriba.
¡De nuevo vemos que un pequeño matiz cambia radicalmente el resultado!

   Para cerrar esta poética entrada de hoy, lo haré con uno de mis poemas favoritos, unos versos del insigne poeta chileno y Premio Nobel de literatura 1971, Pablo Neruda, del que otro premio Nobel, Gabriel García Márquez dijo que era el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma.
Los versos pertenecen a la magnífica obra Veinte poemas de amor y una canción desesperada, publicada en 1924, y concretamente  este es el poema número veinte:

Poema 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

  







4 comentarios:

  1. Hola, me he encontrado este blog ajedrecista y le dejo este soneto que un simple aficionado (y mal jugador) al ajedrez ha hecho. Espero le guste, un saludo. http://www.desdeelbalcondelosalcores.blogspot.com.es/2012/12/la-guerra-pacifica.html

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  2. Hola, felicitaciones por tu blog esta muy bueno, solo queria hacer una acotacion, que me encontre cuando resolvia el problema de bondarenko.. es cuando se habla de " La brillantez de la sutil 5.Re6!! se comprende al ver como el propio alfil negro entorpece el camino de su rey, de forma que sin el alfil negro en 'e5' la posición sería tablas" y es que alli hay una contra respuesta que le da un tiempo a el negro y es 5.. Ab8!, me gustaria saber tu opinion al respecto

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  3. AJEDREZ

    “Al ajedrecista, su ingenio lo asista.”

    El juego maestro,
    mágico ajedrez,
    piezas de alabastro
    tienen altivez.

    Monarca la clave,
    la reina lo sabe,
    dos torres gemelas
    serán sus estrellas.

    Alfiles gloriosos,
    poder con caballos,
    peones enjundiosos
    son grandes vasallos.

    Partida de Dioses,
    humanos sin poses,
    en terso tablero,
    partiendo de cero.

    Con la inteligencia
    de su quintaesencia.
    usar el cerebro,
    ¡la mente celebro!

    Ir multiplicando,
    un ocho que brega,
    por ocho ganando,
    cual buen estratega.

    Son sesenta y cuatro
    casillas alternas,
    blancas que idolatro
    mis negras fraternas.

    En toda apertura
    fuera la premura,
    no desesperar,
    pensar al actuar.

    Estar concentrado,
    bien posicionado,
    evitando craso error,
    ese “mate del pastor”.

    Quien tiene talento
    debe de triunfar,
    el que estudia, atento,
    no puede fallar.

    Saber defender,
    la meta es vencer;
    luego, al atacar,
    tacto destacar.

    Ver para adelante
    al retroceder,
    practicar variantes,
    nunca hay que ceder.

    La dama preciosa,
    grácil mariposa,
    móvil, intuitiva,
    a victoria aspira.

    Táctica, estrategia,
    perspicacia regia,
    férrea iniciativa
    rivales cautiva.

    Emplear la conciencia,
    bizarra experiencia,
    el Rey proteger,
    para no perder.

    Respetar el tiempo,
    sabio pasatiempo,
    reloj, porque somos . . .
    aliados de Cronos.

    Tablas, fiel madera,
    contrarios modera,
    que no haya encono,
    si llega abandono.

    Enroque, gambito,
    a triunfar te invito,
    lograr jaque mate
    al fin del combate.

    Apretón de manos . . .
    torneos de hermanos,
    sin suerte, ni azar,
    competir, gozar.

    Ante la derrota,
    alma queda rota,
    tendrá que ser digna
    para esta consigna:

    Jugador de ciencia,
    deporte y paciencia,
    cuadrado fue cancha,
    ¿aceptas revancha?

    Los Clubes formar,
    la Unión afirmar,
    ¡por siempre ajedrez,
    . . . para la niñez!

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., a 13 de octubre del 2008
    Dedicado a mi padrino, gran jugador de ajedrez, Don Rodolfo Galindo Arellano
    Reg. SEP Indautor No. 03-2008-101313351700-01

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  4. SONETO CON ESTRAMBOTE:

    Vencido como un viejo que pierde al tute,
    así pintó Sabina la derrota.
    Líbreme Dios de enmendarle la nota,
    mas permitidme que se lo refute.

    Sabe la gente al ajedrez devota
    que no hay juego al ganar de más disfrute
    ni el palmar tanto el ánima te enlute
    dejándote así luego el alma rota.

    No existe un no quiso entrar la pelota
    ni vale ardite al que perder se impute,
    ni tampoco que el árbitro era el Lute

    ni al as de bastos culpar, ni a la sota.
    Si ganan blancas como en Minnesota
    con negras yo me siento Martin Luther


    Quien mate no sufrió no se repute
    sabedor de cuán dura es la derrota.


    Agustín Casado

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