"El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos y el amor no lo reflejo como ayer...". Así empieza una bella canción del genial Pablo Milanés, y aquí estamos un año más viejos y con unas cuantas cicatrices nuevas en el alma, para celebrar que "Ajedrez, sin duda" cumple un año. Como es bien sabido que las cicatrices no ayudan a andar, dejémoslas a un lado y festejemos como se merece este proyecto que empezó con toda mi ilusión hace ya doce meses, y que espero haya hecho disfrutar del aspecto más lúdico y festivo del ajedrez a todos los lectores que han visitado el blog durante este tiempo. Porque ese era el objetivo: mostrar otra cara de nuestro juego alejada de farragosas variantes de aperturas, o de profundos análisis de posiciones o de la actualidad más candente de matches y torneos. Quería plasmar y compartir esa parte del ajedrez más divertida que siempre me cautivó y me sigue cautivando, ese universo lleno de personajes curiosos, combinaciones deslumbrantes, errores increibles..., ese universo donde habita el arte en su estado más puro.
Un año después, y confiando en haber logrado mi objetivo, sigo con la misma ilusión que antes y prometo, familiares y amigos, aunque tal vez alguno lo vea como una amenaza, seguir en la brecha para tratar de cumplir un año más, aunque a veces los vientos de la vida soplen en contra, y empujen la nave hacia las rocas. Seguiré remando con todas mis fuerzas, porque como dijo Antonio Machado, "hoy es siempre todavía", y como siempre, llevo un buen compañero de viaje: el ajedrez, sin duda.
Y para celebrar como se merece esta feliz ocasión, que mejor manera que a modo de doce velas, una por cada mes de vida del blog, que tuvieramos que soplar en una imaginaria tarta de cumpleaños, os presente doce magníficas posiciones entresacadas de entre las mejores que me han hecho amar este noble y bello juego que es el ajedrez.
Mientras tratamos de resolverlas, levantemos nuestras copas y brindemos por nosotros. ¡Salud!
La primera vela corresponde a la conclusión de un estudio de Troitski, Novoe Vremia, 1896, donde las blancas juegan y hacen tablas:
La segunda, que ya os adelanto que es un poco complicada, es de esas velas de broma que no se consiguen apagar fácilmente, corresponde a un estudio de Kúbbel, Listok shajmantnogo, 1921, en donde las blancas juegan y ganan:
La tercera es un estudio de Bianchetti, L'Italia Schacchistica, 1924, en el que las blancas juegan y ganan:
La siguiente es un estudio de Troitski, Deutsche Schachzeitung, 1896, y las blancas juegan y ganan:
La quinta vela está sacada de un estudio de Troitski, Novoe Vremia, 1895, en el que las blancas juegan y ganan:
La sexta posición está tomada de un estudio de Borgström, Tidskrift för Schack, 1956, y las blancas juegan y ganan:
El siguiente diagrama representa un estudio de Fritz, Prace, 1953, en donde las blancas juegan y ganan:
La octava vela es un estudio de Rinck, National Zeitung, 1921 y las blancas juegan y ganan:
Para la novena vela tenemos otro estudio de Rinck, La Stratégie, 1920, en el que las blancas juegan y ganan:
En la décima vela nos encontramos con un estudio de Rinck, Budapest, 1911, y las blancas juegan y ganan:
Para la penúltima vela nos enfrentamos con estudio de Cook, Handbuch des Schachspiels, Von der Lasa, 1864, en donde las blancas juegan y hacen tablas:
Por fín llegamos a la última vela, la número doce en la que tenemos que resolver un interesante estudio de Herbstman, Tyovaen Shakki, 1934, en el que las blancas juegan y ganan. Después de la primera jugada del blanco, las negras pueden escoger entre tres respuestas, y según cada una de ellas, nos encontramos con una sorpresa diferente. ¡Cuando lo hayáis resuelto lo comprenderéis!:
Bueno, pues hasta aquí llegó la fiesta. Gracias a todos los que habéis pasado alguna vez por mi blog durante este año y deseo que os hayáis divertido tanto como yo . Esperemos que la fiesta del año que viene sea mucho mejor, y es que ya habré tenido tiempo de aprender a bailar, porque "la vida no se trata de esperar a que pase la tormenta, se trata de aprender a bailar bajo la lluvia".