Un nuevo año termina. Un año que ha tenido sus momentos buenos y sus momentos malos. Un año que nos ha dejado un montón de enseñanzas que incorporar a nuestra mochila para, quizás, poder seguir caminando con paso más firme durante los próximos doce meses. Un año más que nos ha permitido seguir amando y disfrutando de nuestra gran pasión: el ajedrez. Un año en el que tuve que salvar una dificil partida en la que, como ya comenté en otra entrada, un peligroso ataque de "dama", estuvo apunto de sorprenderme, pero que con una precisa defensa conseguí conducir a una magnífica posición de tablas (¡espero que si Almudena lee esto le parezca bien!).
Y como siempre en este último día del año, todos estaremos atentos a las campanadas que den la señal de partida a un nuevo año en el que nos haremos un montón de buenos propositos, que como siempre no cumpliremos, pero que nos darán una nueva ilusión para seguir avanzando. Esas doce campanadas que cierran un ciclo y abren otro lleno de sueños y posibilidades. Por supuesto, el ajedrez no puede estar al margen de este ritual, y así, para cerrar este 2011, os dejaré una serie de posiciones en las que el bando vencedor a modo de las clásicas campanadas de fín de año, consigue el triunfo con doce precisas jugadas...¡una por cada campanada!.
La primera posición corresponde a un estudio de Vladimir Korolkov de 1962, en el que las blancas juegan y ganan:
La siguiente posición es de un estudio de 1935 de Mark Liburkin, en el que las blancas juegan y ganan:
La tercera posición refleja una composición de Gia Nadareishvili, de1950, en donde las piezas blancas juegan y ganan:
En la cuarta posición tenemos un estudio de Yuri Bazlov, del año 1978, en el que las blancas juegan y ganan:
En quinto lugar tenemos un estudio de David Gurgenidze de 1992, en el que las blancas juegan y ganan:
En sexto lugar, le cederemos el honor de dar las doce campanadas al Gran Maestro holandés Jan Timman en este estupendo estudio compuesto por él, en 1976, en el que las blancas juegan y ganan:
Y para concluir, pondré un ejemplo en el que las doce campanadas sonaron en una partida real jugada en Viena, en 1913, entre Westler-Dr. Krejcik, en donde las negras, que son mano, o dan ciertamente la campanada o están perdidas, ya que además de la gran desventaja de material, pesa sobre ellas la amenaza 1.De6+ con ataque ganador. Pero en la noche de fín de año, todo es posible...
Sólo me queda desearos a todos un feliz año nuevo, y que cuando estéis tomandoos las uvas esta noche mientras suenan las doce campanadas, os acordéis un segundo de lo maravilloso que es el ajedrez, del que el insigne José Raúl Capablanca dijo una vez: "El ajedrez sirve, como pocas cosas en este mundo, para distraer y olvidar momentáneamente las preocupaciones de la vida diaria". ¡¡Feliz 2012!!
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