De modo que, tal como reza el título de esta entrada, "la experiencia es un grado" es lo que debió pensar el gran Paul Keres, que en su día definió el ajedrez como un ejercicio de voluntad, después de encontrarse en la siguiente posición, con blancas, contra Jolmov en el XVI Campeonato de la URSS:
En la que el rey blanco, a primera vista, podrá siempre eludir los jaques, y el peón adelantado de "a4" debe decidir la lucha. Al menos eso es lo que parece, porque Jolmov jugó 43...,Rg7; 44.De7+, Rh6; 45.Dxf6, Dh3+; y ahora parece que con 46.Rg1 las negras no tengan más jaques, así que Keres sin dudarlo un instante efectuó esa jugada 46. Rg1 y se encontró con la inesperada y bella respuesta de Jolmov 46...,Dg4+!!. (Ahora después de 47. fxg4 el rey negro quedaría ahogado); 47.Rf1, Dxa4 y la partida terminó en tablas pocas jugadas más tarde. Y habiendo guardado a buen recaudo esta experiencia, unos años después se enfrentó con negras a Spassky, en el XXIX Campeonato de la URSS:
El rey negro se encuentra en una situación difícil, pero rebuscando en el interior de su mochila, Keres encontró el caminó hacia la salvación de forma parecida a como lo hiciera Jolmov, y jugó 66..., Ta1!; 67. Dxg6+, Rh4; 68. Txa1, Dxa1+; 69. Rh2, Dh1+!! y se acordaron las tablas.
Si en la primera partida le tocó vivir la decepción, en esta segunda, sin duda, alcanzó la felicidad.
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