Sin duda que el embrujo que nos produce el ajedrez es tan sublime, que nos hace sentirnos grandes creadores durante unos minutos, y a eso se refiere Marcel Duchamp cuando dice: "No todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas".

Sin duda, también, que el ajedrez no lo es todo. ¿Qué decir de la música, por ejemplo? Por eso os he dejado una pequeña muestra de mi música favorita, para que la disfrutéis, si os apetece, mientras os sumergís en el fascinante mundo del ajedrez.

Ya en su dia el gran Tarrasch dijo: "Como el amor, como la música, el ajedrez tiene la virtud de hacer felices a los hombres".

Y olvidémonos de aquella otra frase de Oscar Wilde que decía: "Si quieres destruir a un hombre, enséñale a jugar al ajedrez"...¡asusta!

Así que sin más dilación comenzemos este singular viaje a una tierra llena de peligros, en la que nos encontraremos a reyes enfrentados en un combate eterno, reinas poderosísimas y despiadadas, fortalezas sólidas e inexpugnables, obispos con gesto serio y mirada oblícua, ágiles corceles dispuestos a asestar coces mortales y valientes guerreros que nunca retroceden ante nada.

Estáis todos invitados, así que los que quieran pueden subir a bordo. Sin condiciones. Durante la travesía seremos testigos de inagotables maravillas y al llegar a puerto nos espera...la felicidad, sin duda.

BIENVENIDO. GRACIAS POR VISITAR MI BLOG.

domingo, 30 de enero de 2011

El orden de los factores no altera el producto... ¿O sí?

   La frase que da título a esta entrada es una de esas que aprendemos desde muy pequeños y que se nos quedan grabadas para siempre en nuestra vida, pero que a lo largo de ella vamos poniendo en duda por la multitud de ocasiones en que vemos que no se cumple, momentos en los que recordamos aquella otra máxima que dice que será la excepción que confirma la regla.
Dejemos pues el orden de los factores en el mundo de las matemáticas, ya que en el del ajedrez, como en el de la vida cotidiana, el orden exacto de las jugadas supone muchas veces pasar de una merecida victoria a una aún más merecida derrota como resultado de nuestra inexactitud. Y es que como dijera el mítico Bobby Fischer: "el ajedrez es la vida".
   Como ejemplo de todo lo dicho veremos a continuación algunos ejemplos en los que queda de relieve la importancia de hacer la jugada precisa en el orden exacto. El primero está sacado de la partida Speelman-Kasparov, Graz 1981:

  
   En este momento Speelman jugó 1.Cd3, creyendo que así entraba en un final difícil pero en el que lograría hacer tablas, basándose en la secuencia 1...,exd3; 2.Axd5,d2; 3.Axf7+,Rf8; 4.Txd4,Te1+; 5.Rg2,d1(=D); 6.Txd1,Txd1 y en este final con un péon por la calidad, con una defensa correcta, por regla general, las negras no pueden obtener la victoria. Pero un sutil cambio en el orden de los movimientos hace que la situación cambie de manera decisiva: 1...,exd3; 2.Axd5,Rf8!! y ahora si 3.Axf7,Te4! y las blancas tendrán que perder una pieza para detener al peón 'd', no sirviendo tampoco 3.Txf7+,Re8. En la partida las blancas continuaron jugando con 3.Ac4,d2; 4.Txd4,Te1+; 5.Rg2,d1(=D); 6.Txd1,Txd1 y en esta variante las negras conservan el peón de 'f7', y, con el mismo número de peones, la calidad, en general, se impone. De hecho, Kasparov venció unas cuantas jugadas más tarde.
  
   El segundo ejemplo está tomado de la partida Veselovski-Psajis, Krasnoiarsk 1980:


   La posición está claramente ganada por las negras y sólo queda el remate final. Aquí Psajis dudaba entre las jugadas 1...,Rc3 o 1...,Ae3 y ahora os invito a reflexionar si una de estas dos  jugadas es mejor que la otra o si tal vez ambas jugadas son igual de buenas. ¿Qué pensáis?

SOLUCIÓN
Psajis jugó 1...,Ae3?? y el blanco le devolvió el favor ¡abandonando! cuando podía haberse salvado con 2.Ah7+,Axf4; 3.Ag8+ y las tablas son claras. Si 2...,Rc3;3.Tc4+! seguido en caso de que el negro no tome la torre de 4.Axd3 ya que si 4...,Td2+; 5.Re1,Txd3; 6.Txh4 y las negras tampoco podrían ganar la partida. Obviamente en la posición del diagrama ganaba sencillamente 1...,Rc3, pero Psajis creyó erroneamente que el orden de las jugadas no importaba y pudo haberle costado muy caro.

   Para terminar, un diagrama del encuentro Alburt-Kasparov, Daugavpils 1978:


   Las negras acaban de jugar 1...,h4 y la cuestion que se plantean las blancas es si esa jugada es un error que le permite alcanzar las tablas con 2.Cc2 o si por el contrario la jugada 1...,h4 mantiene las posibilidades de victoria negra aún a pesar de 2.Cc2. ¿Qué opináis vosotros?

SOLUCIÓN
Después de 2.Cc2,Dxb3(única); 3.Dxd4,Dxc2? parece que 1...,h4 haya sido un error pues ahora viene 4.Dd8+! y el rey negro no puede huir a ningún sitio sin perder un peón con jaque: 4...,Rh7; 5.Dxh4+ y si 4...,Rg7; 5.Dd4+,f6; 6.Dxa7+. Pero, una vez más, cambiando el orden de jugadas nos encontramos con 3...,Db1+!; 4.Dg1,Dxc2; 5.Dxa7,Dd1+; 6.Dg1,Dxg1+; 7.Rxg1,Rg7; 8.Rf2,Rf6; 9.Re3,Re5; 10.Rf3,f5; 11.Re3,g5 y las negras fueron imponiendo su ventaja poco a poco.


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