Para ello contamos con la inestimable ayuda de las cámaras de seguridad, que captaron unas valiosas imagenes previas a tan atroz asesinato.
La primera imagen corresponde a la partida Hallier-Herman, Hamburgo 1965. Juegan las blancas y vemos a un rey negro en una situación muy comprometida, pero...¿cómo murió?:
En esta otra imagen de la partida Sjöberg-Ekström, Estocolmo 1977, las blancas, que son mano, están en una situación óptima para acabar con el rey negro, pero las fuerzas policiales se hacen tres preguntas: a) las blancas no pueden matar al rey negro; b) Lo mataron con la jugada 1.g6; c) Lo mataron con otra jugada.
Ahora es vuestro turno, ¿qué ocurrió realmente?:
Por último, y gracias a vuestra impagable labor detectivesca, en la siguiente posición de una partida disputada a ciegas por el genial Sam Loyd, que conducía las negras, contra los miembros, en consulta, de un club neoyorquino, las blancas, después de la última jugada negra, que habían movido su torre a 'c3', ante el temor de ser descubiertas en pleno regicidio, concedieron tablas, pues si jugaban 1.Txc3 el rey negro está ahogado, y si retiraban la torre de 'c4' se posibilitaba el conocido tema de la torre rabiosa, que asegura las tablas mediante 1...,Tc6+ y 2...,Ta6+.
Pero sin vuestra vigilancia, las blancas no habrían tenido ningún reparo en terminar abruptamente con la vida del monarca negro. ¿Os percatáis de cómo?:
Después de estos ejemplos sólo nos cabe exclamar: "¡El rey ha muerto!. ¡Viva el rey!".
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