Sin duda que el embrujo que nos produce el ajedrez es tan sublime, que nos hace sentirnos grandes creadores durante unos minutos, y a eso se refiere Marcel Duchamp cuando dice: "No todos los artistas son ajedrecistas, pero todos los ajedrecistas son artistas".

Sin duda, también, que el ajedrez no lo es todo. ¿Qué decir de la música, por ejemplo? Por eso os he dejado una pequeña muestra de mi música favorita, para que la disfrutéis, si os apetece, mientras os sumergís en el fascinante mundo del ajedrez.

Ya en su dia el gran Tarrasch dijo: "Como el amor, como la música, el ajedrez tiene la virtud de hacer felices a los hombres".

Y olvidémonos de aquella otra frase de Oscar Wilde que decía: "Si quieres destruir a un hombre, enséñale a jugar al ajedrez"...¡asusta!

Así que sin más dilación comenzemos este singular viaje a una tierra llena de peligros, en la que nos encontraremos a reyes enfrentados en un combate eterno, reinas poderosísimas y despiadadas, fortalezas sólidas e inexpugnables, obispos con gesto serio y mirada oblícua, ágiles corceles dispuestos a asestar coces mortales y valientes guerreros que nunca retroceden ante nada.

Estáis todos invitados, así que los que quieran pueden subir a bordo. Sin condiciones. Durante la travesía seremos testigos de inagotables maravillas y al llegar a puerto nos espera...la felicidad, sin duda.

BIENVENIDO. GRACIAS POR VISITAR MI BLOG.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Con pausa y sin prisa

   Siempre son de agradecer los buenos consejos, esos que estan cargados de buenas intenciones y son fruto de la experiencia. Entre ellos seguro que nos han dado, más de una vez, alguno del tipo: "Mantente atento. Por mucha ventaja que tengas, no te confíes hasta que el contrario abandone". ¡Y cuantas veces nos hemos lamentado, cuando ya era tarde, de no haberlo recordado a tiempo!
Hoy os traigo unas cuantas posiciones en las que veremos que incluso grandes jugadores caen en el error de confiarse y precipitarse, desaprovechando posiciones victoriosas, empezando por la siguiente correspondiente a la partida Horowitz-Pavey, U.S.A. 1951:


   Seguro que si las negras tuviesen pieza de menos, se habrían esforzado buscando una posible salvación en la captura de algún peón o el avance del que está más adelantado. Pero como la ventaja es tanta, material y posicional, parece que todo vale. Estudiando la posición con calma, Pavey habría descubierto sin duda la siguiente brillante secuencia:  1..., Th1+!; 2.Axh1,Dg4+; 3.Dxg4,fxg4+, seguido de 4...,b3. Pero en vez de eso las negras se precipitaron y jugaron: 1...,Dxf3+; 2.Dxf3,Ta3; 3.Rh4 y se acordó el empate porque tras la forzada captura de la dama, el rey blanco queda ahogado.
  
    Entre los obsequios de tablas más famosos y caros figura el de Capablanca a Alekhine, en la 27ª partida del match de Buenos Aires de 1927:


   El juego transcurrió con 36.Tgxg6,Dxc5+; 37.Rf1 (el rey no puede ir a "h2" porque recibiría jaque en "h5"),Dc1+; 38.Rf2??,Dd2+ y tablas, al no poder eludir el jaque continuo, ya que si 39.Rg1,Dd1+; 40.Rh2??,Dh5+.
   Panov recoge el comentario del propio Alekhine respecto al error de Capablanca, que diverge de la opinión de que fuese víctima del exceso de confianza:"...jugó 36.Tgxg6 sin advertir que yo tomaba el peón de "c5" con jaque. Tal descuido no empeoraba su situación, pero le desconcertó hasta el punto de cometer el irreparable error 38.Rf2??".
   Sea cual fuera el motivo, desconcierto o distensión, el hecho es que pasó por alto la elemental línea ganadora 38.Re2!,Dxb2; 39.Rf3,Db3+ (39...,Dc3+; 40.Rg4); 40.Rf2! y el rey llegaría a "h2" sin permitir el jaque de la dama enemiga en "h5".
   Quien sabe si de haber ganado esta partida Capablanca, hubiera cambiado el signo del match y tal vez hubiese podido retener su título de campeón del mundo que pasó al final a manos de Alekhine.
  
   La siguiente posición de la partida Visier-Betancort, Las Palmas 1973, se alcanzó después de una serie de jugadas forzadas por parte de ambos contendientes, que dejó una clara valoración: las blancas estan perdidas y las negras con posición ganadora:


Ahora, las blancas, se aferran a un truco que sólo da resultado induciendo a las negras a jugar de manera mecánica, como si todo estuviera decidido: 49...,Cxf1, jugada natural y ganadora; 50.d8(=D), jugaron las blancas de inmediato;  50...,Cg3!; 51.Dd3+, también jugada a toda velocidad, llegando a esta posición:


   En este instante las negras jugaron rápidamente 51...,e4? y la partida es ¡tablas!. Este es un error característico del exceso de confianza. En posición ganadora y con tiempo de sobra, las negras debieron serenar el ritmo y reflexionar unos minutos. Entonces se habrían percatado de que: 52.Dxg3,f1(=D)+; 53.Re7!, fuerza el empate. Después de 53...,Rxh6; 54.Dh4+, son tablas por jaque continuo. Las negras ganaban jugando 51...,Rxh6!; 52.De3+,Rh7 y el peón de "f2" no se puede tomar a causa del jaque doble de caballo en "e4". Luego de 53.Dd3+,e4!; 54.Dxg3,f1(=D)+, habría desaparecido la amenaza de mate en "g7", y el final sería sencillo para las negras.

   El siguiente diagrama corresponde a la partida Spiridinov-Neikirch, Tsinovitsi 1967:


   Con dama de menos, ¿qué pueden hacer las negras? 33...,Df1+; 34.Rh4,Af6+; 35.Ag5 y las negras abandonaron. Pero aunque no lo parezca la posición final es tablas. Basta con jugar 35...,h6!!. La entrega 36.Dxf7+, tampoco altera el resultado. Ciertamente que el recurso 35...,h6!!, no es tan fácil de encontrar, pero tal vez con un poco más de confianza y estudiando con calma la posición, las negras no habrían perdido una partida que realmente no estaba perdida.

   El siguiente esquema muestra la disposición típica del equipo Torre-Caballo para forzar tablas por jaque continuo: 1.Cf6+,Rf8; 2.Ch7+,Rg8; 3.Cf6+, etc, etc:


   Pero aunque sea una maniobra básica y conocida, no impidió que el Gran Maestro sueco Andersson permitiera a las negras, que movía el mago de Riga, Mihail Tal, salvarse con dicho recurso en la segunda partida del match que disputaron ambos jugadores en 1976:


Las negras, a las que les corresponde jugar, no pueden comer el alfil con 1...,Txe2; 2.a7,Ta2; 3.Tb8+, y ganan. Por lo tanto intentaron poner obstáculos al ascenso del peón con: 1...,Ta2; 2.Tb7,g4; 3.a7,Rg7; 4.Tc7,Ta1+; 5.Rg2,Ta2; 6.Ab5 (con idea de jugar 7.Ac6 y coronar el peón),Ce4; 7.Ac6,Txf2+; 8.Rg1,Td2. Ahora parece que el peón ha llegado a su meta...:


   Las blancas jugaron 9.a8(=D)?. Precipitación. La posición no es igual que la del esquema anterior, pero aún así el resultado si es el mismo. El peón negro de "g4" cumple la importante tarea de impedir la fuga del rey, por lo que no tiene importancia que éste disponga de mayor movilidad. 9...,Td1+; 10.Rg2,Td2+; 11.Rf1,Td1+. ¡Tablas!. Si 11.Re2,Cc3+; 12.Rf2,Ce4+ como en la noria.
   Visto lo visto, para ganar, Andersson debió jugar 9.Aa4! (también vale 9.Axd5!),Cg5 (buscando las tablas con el sistema clásico Cf3+ y Ch2+); 10.Tc2!,Cf3+; 11.Rh1!, ganando, porque la torre negra no da mate en "h2".

   Para terminar os traigo un caso curioso. En la partida Taimanov-Geller, XIX Campeonato de la URSS, Geller recibió un premio por su magnífica producción al mejor ataque. Aunque la partida fue muy bonita, en el desenlace ocurrieron cosas que escaparon tanto a los jugadores como al jurado que concedió el galardón:


La partida terminó con: 41...,Txh2?; 42.De3?,Ta8; 43.Tg7+,Rh6 y las blancas abandonaron. Tiempo después, tal como explica Verjovsky en su interesantísimo libro "Tablas", un ajedrecista de Podmoskova, llamado Karabeldinov demostró que 41...,Txh2? era un error. Las negras ganaban con 1...,Tg4!. En tal caso, después de 42.Th3, sigue 42...,Tc1+; 43.Re2,Te1+ y 44...,Txe5, etc. Sin embargo tras 41...,Txh2? las blancas hacen tablas con la brillante continuación 42.Txg8,Rxg8; 43.Tg3+!!,Dxg3; 44.Db8+,Rh7; 45.Dh8+,Rxh8 ahogado.


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