Las blancas juegan y dan mate en ocho movimientos, y aunque posteriormente a la solución dada por el autor, se encontró, lamentablemente, otro camino que llevaba al mismo fín, no por eso desmerece la belleza del problema, que como si de un preludio de Chopin se tratara, deja una bella estela musical sobre el tablero damasquinado.
Shinkman había creado originalmente este problema como un ejercicio de retroanálisis, ni siquiera como un problema clásico de mate. La cuestión era cómo se puede alcanzar la posición del diagrama en una partida de ajedrez real. El objetivo se puede alcanzar en 34 movimientos desde la posición inicial, aunque lógicamente, con la colaboración estrecha de ambos bandos.
Como nota curiosa, destacar que sometiendo la posición a los amigos inhumanos "Fritz" y "Rybka", ambos programas sólo ven mate en nueve jugadas y no detectan los dos caminos que conducen al mate en ocho. ¡Para que luego digan que a los monstruos de silicio no se les escapa nada!
Blancas juegan y dan mate en ocho
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